Pruebas Diagnosticadas

Las pruebas de fertilidad se realizan de forma personalizada atendiendo a las características de cada pareja.
Para realizar el estudio de la pareja utilizaremos una serie de pruebas diagnósticas, comenzando por un estudio básico a ambos miembros de la pareja que consisten en exámenes hormonales, una exploración ginecológica completa, una ecografía a la mujer y un espermatograma al varón.

En función de los resultados obtenidos en este primer escalón de estudios, en algunos casos será necesario solicitar otras pruebas para poder llegar a un correcto diagnóstico y a la elección del tratamiento más adecuado en cada caso. El ciclo menstrual de la mujer nos aporta una información muy valiosa, ya que partimos de la base de que si una mujer tiene menstruaciones regularmente cada 28/30 días, esta mujer ovula, salvo en algunas excepciones.

Pero además de la ovulación existen otros factores a tener en cuenta a la hora de diagnosticar un problema de infertilidad, razón por la cual nos apoyamos en otras pruebas diagnósticas.